Padre, Perdónalos Porque No Saben lo Que Hacen: Una Reflexión Sobre el Perdón


Jesús dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Una reflexión profunda sobre el perdón, el orgullo y la reconciliación con el prójimo.

Introducción: El poder de una frase en la cruz

Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Esta frase de Jesús, pronunciada en la cruz, ha resonado a través de los siglos con una fuerza tan humana como divina.

No fue dicha en un momento de calma. Fue expresada con dolor, traición, angustia. En medio de la humillación, Jesús eligió perdonar.
Y esa decisión sigue siendo un llamado, una pregunta, una oportunidad: ¿qué significa hoy perdonar así?

¿Qué quiso decir Jesús con esta frase?

Jesús no justificó la violencia. Pero vio más allá de los actos. “No saben lo que hacen” no niega el mal, sino que revela la ceguera del corazón. La ignorancia espiritual. La herida interior que lleva a herir a otros.

Muchas veces, también nosotros actuamos desde ese lugar: desde el orgullo, el dolor no sanado, la falta de amor.
Así como aquellos que crucificaron a Jesús, nosotros también herimos sin saber cuánto lastimamos.

El orgullo que impide perdonar

He vivido momentos donde vi cómo el desamor y el rencor endurecen a las personas.
Gente que, en lugar de perdonar o reconciliarse, alimenta su enojo.
Y otros, que cuando la enfermedad los alcanza, desde una cama de hospital, comienzan a buscar a quienes antes rechazaron.

A veces el orgullo es más fuerte que la conciencia.
Y tristemente, hay quienes prefieren morir sin pedir perdón, sin hacer las paces, aferrándose al rencor como si fuera justicia.

El perdón como camino a la libertad

El perdón no borra el pasado, pero sana el presente y libera el futuro.
Jesús nos mostró que se puede perdonar incluso en medio del dolor.
Su ejemplo no fue debilidad, fue el mayor acto de fortaleza espiritual.

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
(Lucas 23:34)

Esas palabras nos muestran que el perdón es una elección, no una emoción. Es decidir no responder con odio, aunque duela.

Qué podemos hacer hoy

Tal vez estás esperando que alguien dé el primer paso.
O quizás, en el fondo, sabés que sos vos quien debe acercarse.

Algunas ideas simples pero profundas:

  • Llamá a esa persona con la que estás distanciado.
  • Escribí unas palabras sinceras, aunque no sepas cómo las recibirá.
  • Orá por quien no podés perdonar todavía.

A veces no sabemos qué hacer. Pero el Espíritu Santo sí lo sabe. Solo necesitamos abrirle la puerta.

Conclusión: Elige el perdón antes que sea tarde

Perdonar no siempre cambia al otro, pero siempre transforma tu alma.

No dejes que el orgullo te robe lo que más vale: tu paz.
Recordá las palabras de Jesús, no como historia pasada, sino como voz viva que te habla hoy.

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.”
(Mateo 5:7)

Muchos no saben lo que hacen. Pero vos sí sabés lo que vale: amar, perdonar, volver.

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