Washington, D.C. – En un emotivo discurso inaugural frente a miles de personas reunidas en el Capitolio, Donald Trump declaró el inicio de lo que llamó la «Era de Oro» de Estados Unidos. Acompañado de expresidentes, magistrados de la Corte Suprema y altos funcionarios, el mandatario enfatizó su compromiso de poner a «Estados Unidos primero» y restaurar la grandeza de la nación.
«Hoy en más, nuestro país va a florecer y volverá a ser respetado alrededor del mundo», afirmó Trump. «Seremos la envidia de todas las naciones y no permitiremos que sigan aprovechándose de nosotros».
El presidente señaló que su administración priorizará la soberanía nacional, reforzará la seguridad y garantizará un sistema de justicia equilibrado. Prometió el fin de la «utilización injusta del Departamento de Justicia como un arma del gobierno» y abogó por la creación de una nación «orgullosa, próspera y libre».
La ceremonia contó con la presencia de destacados líderes como los expresidentes Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Joe Biden, así como de la vicepresidenta Kamala Harris y el vicepresidente Vance.
Trump finalizó su discurso con un llamado a la unidad y al optimismo: «Estados Unidos volverá a ser más grande, fuerte y más excepcional que nunca antes».
El mensaje marca el inicio de un nuevo capítulo en la historia política de la nación, con grandes expectativas y desafíos en el horizonte.