Reflexión sobre lo que enseña la Biblia en cuanto a la división dentro de las relaciones y las familias, enfocándose en el principio de que un reino dividido no prevalece, y cómo esto se aplica a la unidad en el hogar tras el divorcio
Un reino dividido no prevalece.
Introducción
En Mateo 12:25, Jesús dice: «Todo reino dividido contra sí mismo es asolado.» Este principio también aplica a las relaciones familiares. El divorcio puede dividir una familia, afectando la unidad entre pareja e hijos.
La División en las Relaciones
El matrimonio es una unión sagrada entre un hombre y una mujer. En Efesios 5:31-32, se enseña que los dos se convierten en «una sola carne». El divorcio rompe esta unidad, afectando profundamente a la familia.
El Reinado Dividido
Jesús dice que un reino dividido no prevalece (Mateo 12:25). Este principio también afecta a las relaciones familiares. Si una pareja se divide, la estabilidad del hogar se pierde, lo que puede afectar a los hijos y su bienestar emocional.
Reflexión: ¿Por qué un reino dividido no prevalece?
La división debilita. Cuando los miembros de una familia no están unidos, la fortaleza del hogar se desvanece. La unidad es esencial para la estabilidad y el bienestar emocional de todos.
¿Qué enseña la Biblia sobre la restauración?
Dios ofrece restauración y perdón. En 2 Corintios 5:18, Pablo habla de la reconciliación. Aunque el divorcio puede ser doloroso, hay esperanza en la restauración de las relaciones.
Conclusión
El principio de que “un reino dividido no prevalece” también se aplica a las familias. La unidad es clave para la fortaleza del hogar. La restauración está disponible a través del perdón y la fe.
Reflexión Final
Es crucial mantener la unidad en las relaciones, especialmente en el hogar. Un reino dividido no prevalecerá. Busquemos la restauración a través de la paz y el perdón.