El Rechazo a la Palabra de Dios: Una Advertencia y Llamado al Cambio

Por: Eduardo Perez

Reflexiona sobre las consecuencias de rechazar la Palabra de Dios. Descubre qué enseña la Biblia acerca de la importancia de aceptar el mensaje divino y las consecuencias de negarlo.

Un Llamado al Corazón

Querido lector, este es un mensaje que proviene de un lugar profundo y sincero. Si estás leyendo estas palabras, es porque alguien cercano a ti, ya sea un hermano, amigo o expareja arrepentido, te ha ofrecido la Palabra de Dios. Quizás lo has rechazado o te has sentido incómodo con su presencia.

Hoy quiero que reflexiones sobre lo que realmente significa rechazar ese mensaje. Este no es solo un acto de desinterés, sino una decisión con consecuencias eternas. Este es un llamado al arrepentimiento, con amor y sin juicio.

El Rechazo a la Palabra de Dios: Un Acto Grave

La Biblia es clara sobre lo que ocurre cuando rechazamos la Palabra de Dios. En Mateo 10:33, Jesús dijo: “Pero el que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos”.

Este versículo refleja una verdad profunda: cuando rechazamos a alguien que comparte el mensaje de Dios, estamos rechazando a Dios mismo. Este es un acto que afecta nuestra relación con el Creador.

Las Consecuencias de Rechazar a Dios

Rechazar la Palabra de Dios tiene un impacto duradero. En Juan 1:12, leemos: “A los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios”.

Aceptar la Palabra de Dios nos permite vivir bajo su gracia. Rechazarla, en cambio, nos aparta de la oportunidad de recibir su salvación. Cada vez que alguien te comparte el mensaje de Dios, te está ofreciendo la oportunidad de cambiar tu vida.

El Poder de la Transformación

La Palabra de Dios tiene el poder de cambiar vidas. En 2 Corintios 5:17, la Escritura nos dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”.

Cuando alguien te comparte este mensaje, lo hace porque ha experimentado esta transformación. La Palabra de Dios puede sanar, restaurar y guiarnos hacia una vida llena de propósito.

No Juzgar al Mensajero

A veces rechazamos el mensaje de Dios debido a prejuicios sobre quien lo lleva. Pero recuerda que el mensaje no viene de la persona, sino de Dios. Romanos 2:1 nos advierte: “Por lo cual, eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas, tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo”.

No juzgues al mensajero. Todos somos imperfectos, pero el mensaje de Dios es perfecto. Es un mensaje de amor, perdón y salvación.

Conclusión: Escucha y Abre Tu Corazón

Hoy es un buen día para reflexionar y decidir. Si alguna vez has rechazado la Palabra de Dios, abre tu corazón. Escucha el mensaje con humildad y recibe el regalo de la salvación.

En Hebreos 3:15 se nos recuerda: “Si oyeres hoy su voz, no endurezcas tu corazón”.

Nunca es tarde para aceptar el llamado de Dios. Él te espera con los brazos abiertos.

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