La noche del miércoles, un impactante accidente aéreo ocurrió en el corazón de Washington D.C., uno de los espacios aéreos más controlados del mundo. En un incidente que parecía improbable, un avión regional de American Airlines, con 64 personas a bordo, colisionó en pleno vuelo con un helicóptero militar Black Hawk que transportaba a tres miembros del ejército de EE. UU.
Según BBC Mundo, el choque provocó que ambas aeronaves cayeran sobre el río Potomac, muy cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan y a solo unos pocos kilómetros de la Casa Blanca. Las autoridades informaron que el avión estaba en su ruta habitual, pero el helicóptero, que no debía estar en esa ubicación, se desvió y terminó involucrado en el accidente.
El presidente Donald Trump, en su intervención, expresó su preocupación y detalló que una investigación integral sobre el incidente ya estaba en marcha. «El avión de American Airlines estaba en su curso normal, pero el helicóptero no debió estar allí», señaló Trump en su declaración.
La tragedia ha dejado un saldo de muertos en ambas aeronaves. Se ha confirmado que no hubo sobrevivientes entre los ocupantes de ambos vehículos aéreos. Este acontecimiento resalta los riesgos que aún existen en zonas de alto tráfico aéreo y pone en evidencia posibles fallas en la coordinación y supervisión de vuelos en uno de los lugares más vigilados a nivel global.
La comunidad internacional, incluidos los gobiernos de la República Dominicana y otros países, ha expresado su solidaridad con Estados Unidos, al tiempo que se esperan resultados de la investigación que aclare las circunstancias que llevaron a esta tragedia.