Por: Ana Martinez
Una decisión que marca un precedente
La renuncia de Rosa Encarnación a RCC Media, anunciada días después del fallecimiento número 233 en la tragedia del Jet Set, ha generado una oleada de reacciones. Su gesto, lejos de lo impulsivo, parece una expresión serena de ética profesional y conciencia personal.
Aunque RCC Media y la discoteca Jet Set son empresas diferentes, ambas están bajo la propiedad del empresario Antonio Espaillat. Para Encarnación, ese vínculo fue suficiente para tomar distancia.
“No podemos mezclar una cosa con otra”
En un video compartido en su canal de YouTube, Rosa explicó que renunció “con agradecimiento”, pero también con firmeza:
“Ya yo no trabajo ahí, renuncié. Lo hice con total gratitud porque me dieron un trato afable, pero no podemos mezclar una cosa con otra”.
Esta frase resume el núcleo de su mensaje: hay momentos en los que la ética pesa más que el contrato.
El valor de la coherencia
La renuncia de Rosa Encarnación no se presenta como una denuncia directa. Sin embargo, se convierte en un ejemplo poderoso de coherencia. En un contexto de luto nacional, Rosa elige actuar en silencio, pero con significado.
Hay decisiones que no necesitan estridencia para dejar huella. Su salida se convierte en un acto de respeto a las víctimas y sus familias.
Lecciones para el periodismo y para todos
El gesto de Encarnación interpela al gremio periodístico, pero también a cualquier profesional:
¿Estamos dispuestos a actuar según nuestros valores, incluso cuando eso implica incomodidad o pérdida?
En un mundo donde muchas cosas se negocian, la integridad personal sigue siendo el mayor capital.
Conclusión
La renuncia de Rosa Encarnación tras la tragedia del Jet Set no solo es un cambio laboral. Es una declaración moral, silenciosa pero firme, sobre lo que significa actuar con conciencia en medio del dolor colectivo.