Por: El Vocero Dominicano
La tragedia del Jet Set terminó con la vida de Rubby Pérez, ícono del merengue. Su manager relata los minutos de angustia antes de confirmar su muerte.
La última noche de Rubby Pérez: un silencio que aún duele
La llamada que Fernando Soto nunca olvidará
Las palabras todavía resuenan con fuerza en la mente de Fernando Soto, manager del icónico merenguero Rubby Pérez:
“Regresa que se cayó el Jet Set y no encontramos a Rubby”.
La voz al otro lado del teléfono era la de Deivis Alberti, road manager del artista, intentando explicar una tragedia aún imposible de asimilar.
Soto, camino a casa por el sector Los Ríos, giró de inmediato y regresó con el corazón en un puño.
Angustia en el camino hacia lo impensable
En medio del desconcierto, Fernando llamó al doctor Macaías Pérez, hermano de Rubby, para que preparara su traslado médico. Aún había esperanza.
Pero al llegar a la discoteca Jet Set, la escena era otra: caos, gritos, polvo y rostros que no olvidarán nunca esa madrugada del 8 de abril.
La tragedia que apagó una voz eterna
El techo del emblemático local nocturno se desplomó justo mientras Rubby Pérez amenizaba su tradicional fiesta de los lunes.
El saldo fue devastador: 235 personas perdieron la vida, entre ellas, Rubby.
El país no solo perdió a una leyenda del merengue, perdió también un pedazo de su identidad cultural, una voz que representó alegría, ritmo y unión.
Más que una muerte, una herida nacional
La muerte de Rubby Pérez no es solo una noticia. Es una herida en la historia musical dominicana.
Para su familia, sus músicos, su público y toda una generación que creció bailando sus éxitos, la pérdida es incalculable.
Las fiestas del Jet Set no volverán a sonar igual.
Un legado que no se derrumba
Aunque la estructura física cayó, la voz de Rubby se queda. Sus canciones, su entrega en cada tarima, su energía incansable… todo eso vivirá.