BBC MUNDO
Es 2 de enero de 2025 y Luis Arroyo y su familia celebran en su casa en el barrio popular de Las Malvinas, en el sur de Guayaquil, el cumpleaños de su hija.
La niña cumple 9 años, pero el ambiente no es festivo. Hace días que no come, está triste. Extraña a sus hermanos mayores, Ismael y Josué, a quienes vio por última vez el 8 de diciembre.
Su papá se esfuerza para darle, aunque parezca un imposible, algo de normalidad. Compra un pollo asado y comen todos juntos.
Arroyo afirma que a ratos quisiera estar viviendo una pesadilla de la que va a despertar. «Pero no es una pesadilla, es real (…) me arrebataron a mis hijos de la peor forma», dice en conversación telefónica con BBC Mundo.