Pederastología: la nueva cátedra del Colegio de Abogados que indigna a la sociedad dominicana»

Por: Ysidro Vargas

La sociedad dominicana reacciona con indignación ante la contratación de un condenado por abuso sexual infantil como educador en el Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD). ¿Estamos premiando la perversión?

Un mensaje equivocado del gremio jurídico

Con esta desacertada acción, el CARD envía un mensaje sumamente peligroso: se puede cometer uno de los crímenes más atroces contra la niñez, ser condenado por la justicia, y aún así ser premiado con una posición educativa y un salario elevado. Esto no solo constituye una afrenta a la sociedad, sino que sienta un precedente legal y moral lamentable.

¿Acaso la justicia pierde su fuerza cuando ya hay una sentencia definitiva? ¿De qué sirve luchar contra los abusos sexuales si quienes los cometen son reinsertados en puestos de privilegio?

¿Una nueva cátedra en Derecho?: Pederastología

A este paso, parecería que el pensum de la carrera de Derecho incluirá una nueva asignatura: Pederastología. Una supuesta “cátedra” que sería impartida por alguien con experiencia práctica en el abuso sexual sistemático, como si la perversión fuese una ciencia y el verdugo un experto digno de compartir sus conocimientos.

Este individuo no solo violentó físicamente a una menor, sino que utilizó métodos de amenaza, manipulación emocional, humillación y violencia psicológica. ¿Es esta la clase de pedagogía que se promueve ahora desde nuestras instituciones jurídicas?

Un llamado a la dignidad y a la justicia

Los padres, madres y ciudadanos en general no pueden ignorar el dolor de esa niña, víctima de uno de los crímenes más devastadores que existen. Imaginemos por un momento el infierno vivido en ese hogar, las noches de terror, la pérdida de la inocencia, y el trauma perpetuo.

La contratación de este “profesor” no solo vulnera a la víctima, sino que hiere profundamente las fibras morales y espirituales de toda la sociedad. Esta decisión pone en evidencia cómo hemos perdido la capacidad de asombro, el sentido de justicia y la conciencia colectiva frente a los delitos sexuales.

¿Premiar al criminal o proteger a la niñez?

En un mundo donde todo parece negociable, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar? En lugar de ser recompensado con un puesto y un salario de lujo, este individuo debería reflexionar sobre sus actos y solicitar, de forma voluntaria, una castración química, como símbolo de arrepentimiento y mínimo acto de reparación social.

No se puede premiar el crimen. No se puede convertir a un abusador condenado en educador. No se puede silenciar la indignación.

Conclusión

El Colegio de Abogados de la República Dominicana debe revisar urgentemente esta decisión, no solo por ética institucional, sino por el compromiso moral que tiene con la justicia, la niñez y la sociedad en su conjunto. La impunidad, el silencio y el encubrimiento son los peores aliados del abuso. La justicia no solo se dicta en los tribunales, también se demuestra en los actos.

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