Por: Eduardo Perez
Explora las enseñanzas bíblicas sobre el divorcio desde Moisés hasta Jesús, aclarando malentendidos y ofreciendo orientación para salvar matrimonios en tiempos difíciles.
Introducción: La Importancia del Divorcio Según la Biblia
El divorcio es un tema que afecta a muchas personas y familias. En este artículo, analizamos lo que la Biblia dice sobre el divorcio, comenzando desde los tiempos de Moisés hasta las enseñanzas de Jesús. Queremos aclarar las malas interpretaciones que pueden surgir, sobre todo en momentos de dificultad en el matrimonio. Nuestro objetivo es proporcionar una guía bíblica clara para aquellos que buscan salvar su relación y comprender correctamente el propósito de Dios para el matrimonio.
El Divorcio en los Tiempos de Moisés: Una Ley por la Dureza del Corazón
En Deuteronomio 24:1-4, Moisés permite el divorcio, pero no lo promueve como ideal:
«Cuando alguien tome mujer y se case con ella, si no le agrada por haber hallado en ella algo indecente, le escribirá un certificado de divorcio…»
Este permiso fue dado debido a la dureza del corazón humano, ya que las personas de esa época no podían vivir en armonía. Aunque Moisés permitió el divorcio, su propósito no era fomentar la separación, sino ofrecer protección a la mujer en una sociedad que muchas veces la trataba injustamente.
La Perspectiva de Jesús: El Propósito Original del Matrimonio
Jesús aborda el tema del divorcio en Mateo 19:3-9. Él explica que, desde el principio, Dios creó el matrimonio para ser una unión permanente entre un hombre y una mujer:
«Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.»
Jesús nos recuerda que el divorcio no es parte del plan original de Dios. El matrimonio debe ser un reflejo del amor eterno de Dios hacia su pueblo. Jesús también aclara que el divorcio es permisible en casos de infidelidad, pero enfatiza que el propósito de Dios es la reconciliación.
La Excepción del Divorcio Según Jesús: Fornicación como Causa Justificada
En Mateo 19:9, Jesús establece una excepción para el divorcio:
«Cualquiera que repudie a su mujer, excepto por causa de fornicación, y se case con otra, comete adulterio.»
La fornicación o adulterio es una de las pocas causas que Jesús permite para el divorcio. Sin embargo, incluso en este caso, Jesús invita a la reconciliación y al perdón, buscando restaurar la relación en lugar de apresurarse a la separación.
El Llamado a la Restauración: El Perdón y la Reconciliación
Aunque el divorcio es permitido en ciertos casos, el enfoque de Jesús es la restauración del matrimonio. En Efesios 5:25-33, se nos enseña que los esposos deben amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia. El amor sacrificial y el perdón son fundamentales para mantener una relación matrimonial sólida.
Cómo Salvar un Matrimonio: Vivir Según el Plan de Dios
El divorcio no debe ser la primera opción en tiempos de dificultades. La Biblia enseña que el matrimonio es una institución sagrada y que el perdón, la comunicación y el amor incondicional son claves para superar los obstáculos. Si estás enfrentando crisis en tu matrimonio, ora por dirección divina y busca ayuda pastoral para restaurar lo que se ha roto.
Así que no son ya más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.»
(Mateo 19:6, RVR1960)
Este versículo refleja el principio fundamental del matrimonio, que es una unión sagrada que Dios ha establecido. Jesús enfatiza que el matrimonio es una obra de Dios, y que los seres humanos no deben intentar separarlo.
Consecuencias de Romper lo que Dios Ha Unido
Cuando las personas intentan romper lo que Dios ha unido, las consecuencias pueden ser graves, no solo para los cónyuges involucrados, sino también para sus familias y su bienestar espiritual. La separación y el divorcio, aunque permitidos en casos de infidelidad, son vistos en las Escrituras como una ruptura de la voluntad de Dios. Jesús, al enseñar sobre el divorcio, advierte que el divorcio puede llevar al pecado, como se expresa en el siguiente versículo:
«Y yo os digo que cualquiera que repudie a su mujer, excepto por causa de fornicación, y se case con otra, comete adulterio; y el que se case con la repudiada, también comete adulterio.»
(Mateo 19:9, RVR1960)
Esto resalta la gravedad del divorcio cuando no hay razones justificadas, como la infidelidad. Al actuar en contra de lo que Dios ha establecido, las personas pueden caer en el pecado de adulterio y causar un daño significativo a la unidad que originalmente fue destinada a ser para toda la vida.
Conclusión: La Esperanza de Restauración y Perdón
El divorcio en la Biblia no es una solución ideal, pero Jesús ofrece una enseñanza de restauración, perdón y reconciliación. Aunque hay razones bíblicas para el divorcio, la enseñanza principal es vivir según el propósito de Dios, que es un matrimonio basado en el amor eterno y el perdón. Si tu matrimonio está pasando por dificultades, no te desesperes. Dios puede restaurarlo, y con fe y esfuerzo, puedes experimentar la sanación.