Por: Eduardo Perez
En este artículo reflexionamos sobre las pruebas que enfrentamos y cómo la Biblia nos asegura que Dios nunca nos abandona. Descubre cómo los profetas y personajes bíblicos nos enseñan a mantener la fe en tiempos difíciles.
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Queridos hermanos y hermanas,
Hoy quiero hablarles desde el corazón, porque sé que muchos de ustedes atraviesan momentos de angustia, de incertidumbre, donde sienten que Dios se ha alejado de su vida. En tiempos de dificultad, es natural preguntarse si realmente estamos siendo escuchados o si, en medio del dolor, Dios se ha ido. Pero les aseguro, que en estos momentos, Él está más cerca de lo que imaginamos.
Dios No Nos Abandona, Incluso En Las Pruebas Más Fuertes
La Biblia está llena de ejemplos que nos muestran que las pruebas no son el fin, sino una oportunidad para fortalecer nuestra fe y aprender a depender más de Él. Dios nunca nos abandona, incluso cuando nuestras circunstancias nos gritan lo contrario. En el Salmo 66:10, se nos dice: «Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata.» Estas palabras no solo nos recuerdan que las pruebas son parte del plan divino, sino que también son un medio por el cual nuestro carácter es refinado. Las dificultades no nos destruyen; nos transforman, y a veces ese proceso puede ser doloroso, pero es necesario para que podamos salir más fuertes.
La Sabiduría de los Profetas: Lecciones del Pasado
A lo largo de las Escrituras, los profetas experimentaron angustias profundas y momentos de desesperación. El profeta Jeremías, por ejemplo, conocido como el «profeta llorón», pasó por terribles sufrimientos, desde la persecución hasta la humillación pública. En medio de su dolor, clamó a Dios: «¿Por qué has hecho que mi vida sea tan amarga?» (Lamentaciones 3:15). Pero en su lamento, también encontró la esperanza: «Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor» (Lamentaciones 3:26). A pesar de todo lo que sufrió, Jeremías nunca dejó de confiar en la fidelidad de Dios.
Otro ejemplo es el de Job, un hombre que pasó por pruebas extremas. Job perdió su familia, su salud y su riqueza, y llegó a decir: «¿Por qué me diste vida para que viviera en dolor y sufrimiento?» (Job 10:18). Sin embargo, a pesar de sus preguntas y de su sufrimiento, Job nunca perdió su fe. Al final, Dios lo restauró y le dio aún más de lo que había perdido. La historia de Job nos enseña que nuestras pruebas, aunque duras, son temporales, y que Dios tiene un propósito detrás de ellas.
Reflexión Para Hoy: ¿Cómo Nos Afectan Las Pruebas en Este Tiempo?
Queridos amigos, tal vez en este momento se sientan como Jeremías o Job, enfrentando situaciones que parecen imposibles de superar. En la vida moderna, las pruebas son muchas veces invisibles a los ojos de los demás: una enfermedad, una pérdida, la angustia por el futuro o la soledad. La sensación de abandono puede ser real, pero quiero decirles con todo mi corazón que Dios nunca nos abandona.
En el tiempo de los profetas, las personas enfrentaban persecuciones, exilios y pérdidas, pero siempre hubo un remanente de esperanza en la promesa de un Dios fiel. Hoy, en medio de nuestra vida acelerada y llena de distracciones, podemos pensar que Dios no está cerca, pero su presencia está con nosotros a través de Su Espíritu Santo. En Santiago 1:2-4 se nos exhorta a «tener por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.»
Dios está aquí, con nosotros. No importa lo que estés atravesando, Él no ha dado la espalda a tu dolor. De hecho, muchas veces se acerca más en esos momentos para sostenerte y darte la fortaleza que necesitas. La prueba no es para destruirte, sino para llevarte a un lugar más profundo de fe y de confianza en Él.
Conclusión:
Recuerda siempre que, aunque sientas que todo está en tu contra, y que tus oraciones parecen no ser escuchadas, Dios nunca te abandona. Él ha prometido estar con nosotros «todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Si en este momento atraviesas una tormenta, ten la certeza de que, al igual que Job, al final serás restaurado. Dios está obrando en tu vida de maneras que quizás no puedes entender ahora, pero ten la seguridad de que Él tiene un propósito en cada circunstancia.
A ti que sufres, te digo con toda mi fe: Dios está contigo, y Él nunca te dejará.
Con amor y esperanza,