Por: Eduardo Pérez
Ramsés Ramon Reyes, joven empresario dominicano, combina su pasión por la construcción con un compromiso filantrópico y aspiraciones políticas transformadoras.
Un joven que piensa más allá del cemento
Hay personas que, al conocerlas, dejan una impresión que va más allá de lo esperado. Eso me ocurrió cuando conocí a Ramsés Reyes, un joven empresario dominicano dedicado a la construcción y a diversos negocios emergentes. Me lo presentó un amigo abogado, Reynaldo Sanchez. Apenas cruzamos las primeras palabras, comprendí que no estaba frente a un joven común.
No hablaba de ropa, autos ni lujos. Hablaba de torres, legado y servicio a los demás.
Sensibilidad poco común
Lo que más me sorprendió fue su sensibilidad humana. Ramsés no se define solo por lo que construye con concreto, sino por lo que quiere construir con propósito.
En una conversación franca, me confesó su interés por incursionar en la política, no por ambición, sino para tener más herramientas para ayudar a los necesitados. Una motivación rara en tiempos donde muchos jóvenes ven la política como un trampolín personal.
Ramse y su compromiso con las causas sociales
Cuando me compartió sus aspiraciones, le propuse integrarse a la Red de Alto a la Trata y Tráfico de Personas (RATT Dominicana), una organización que trabaja por los derechos humanos y la protección de la infancia. Aceptó sin dudar.
Un amigo que sorprendió: Omega
Un día me dijo: “Quiero que conozcas a alguien que admiro mucho. Es como un hermano para mí”.
Le pregunté quién era. Respondió: “Omega”.
Debo confesar que dudé. Las noticias que uno ha leído en la prensa sobre el artista urbano no eran alentadoras. Pero Ramse insistió: “Déjate sorprender. Él también quiere aportar”.
Cuando finalmente lo conocí, quedé perplejo. No solo por la forma respetuosa en que me recibió en su casa, sino por la humildad y compromiso que mostró al hablar sobre los más vulnerables.
Hoy, tanto Ramse Reyes como Omega son parte activa de RATT Dominicana. Ambos han mostrado, con acciones, que más allá de los titulares, existen seres humanos dispuestos a usar su influencia para bien.
Construir, sí. Pero con propósito
Ramse no solo quiere levantar estructuras, quiere levantar vidas. Y lo hace desde una mirada joven, fresca, pero profundamente comprometida con el otro.
Es un perfil raro, de esos que no necesitan cámaras para actuar. De los que inspiran desde el silencio, desde el trabajo, desde la empatía real. En tiempos donde el éxito parece medirse por el lujo, conocer a alguien como Ramse Reyes renueva la esperanza. Un joven que construye futuro, pero también construye puentes. Que quiere transformar no solo su entorno físico, sino el social, humano y político.
Ramsés es el tipo de líder que esta generación necesita: uno que piensa en grande, actúa con humildad y sirve con pasión.