El papel crucial del Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro en República Dominicana

Por: Ana Martinez

Analizo cómo el Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro impulsa la participación de la sociedad civil y fortalece la relación con el Estado en República Dominicana.

Un instrumento legal con más de 15 años de historia

Desde su creación en 2005 mediante la Ley 122-05, el Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro (CASFL) ha buscado fortalecer el papel de la sociedad civil en República Dominicana.

Antes de su existencia, las funciones relacionadas con las asociaciones sin fines de lucro eran manejadas por el Consejo Nacional de Seguimiento a las Asociaciones sin Fines de Lucro, creado en 2001. El CASFL heredó y amplió esas funciones, convirtiéndose en un eje fundamental para la coordinación entre Estado y sociedad civil.

Impulsando la participación de la sociedad civil

Desde mi perspectiva, la relevancia del CASFL radica en su capacidad de fomentar la participación activa de las Asociaciones sin Fines de Lucro (ASFL) en programas de desarrollo a nivel nacional, regional y local.

Al canalizar la relación entre el Estado y estas asociaciones, el Centro se posiciona como un mediador que puede garantizar que las políticas públicas respondan a las necesidades reales de la ciudadanía, fortaleciendo la democracia participativa.

Un apoyo estratégico a las políticas públicas

Otro punto que considero clave es la función del CASFL de apoyar y orientar políticas públicas. Las asociaciones sin fines de lucro no solo ejecutan proyectos sociales, sino que también generan datos, experiencias y prácticas que pueden inspirar decisiones más efectivas por parte del gobierno.

Este vínculo entre experiencia práctica y formulación de políticas es, a mi juicio, uno de los grandes aportes que tiene la existencia de un organismo como el CASFL.

Coordinación y eficiencia: un desafío constante

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) coordina las actividades del Centro. No obstante, en mi análisis, el reto siempre será lograr que los recursos, programas y normativas fluyan de manera eficiente, evitando burocracia y garantizando que la sociedad civil realmente se beneficie de esta estructura.

La transparencia, la rendición de cuentas y la comunicación efectiva entre Estado y asociaciones son elementos que, en mi opinión, determinarán el éxito del CASFL en el mediano y largo plazo.

Conclusión: un puente entre Estado y sociedad

En definitiva, el CASFL representa una oportunidad valiosa para consolidar un país donde la sociedad civil tenga voz activa en la construcción del desarrollo. Sin embargo, su eficacia dependerá de la capacidad del Estado y de las asociaciones de trabajar de manera coordinada, ética y transparente.

Desde mi perspectiva, invertir en fortalecer estas relaciones es invertir en democracia y desarrollo sostenible.

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