En el capítulo 7 de Cartas del diablo a su sobrino, C. S. Lewis analiza cómo el mal se aprovecha de la religión y la política para dividir a las personas.
Contexto: la vida cotidiana como campo de batalla
En el capítulo 7, Screwtape envía otra carta a Wormwood para enseñarle estrategias más sutiles y sofisticadas de corrupción.
Esta vez, el foco no está en el miedo o la preocupación, sino en las divisiones humanas: políticas, religiosas y sociales.
Lewis nos recuerda que el mal no siempre se manifiesta como violencia directa; muchas veces entra por el fanatismo y la intolerancia, aprovechando la debilidad emocional de las personas.
Los personajes y sus estrategias
Screwtape: el estratega de la división
Screwtape enseña a Wormwood que la clave para corromper al paciente no es necesariamente el pecado explícito, sino la manera en que los hombres se separan unos de otros.
- La religión puede volverse un instrumento de orgullo y juicio hacia otros.
- La política puede despertar resentimiento, enemistad y odio.
El demonio señala que el fanatismo es un aliado perfecto del mal, porque transforma la virtud en arma contra los demás.
El paciente: un ser humano tentado por la división
El paciente representa al hombre común, que se esfuerza por vivir bien y mantener su fe.
Sin embargo, Screwtape observa que incluso las personas buenas pueden caer en la trampa de juzgar y criticar a otros.
Por ejemplo, la devoción religiosa puede volverse rígida y excluyente;
la atención a causas políticas puede convertirse en odio hacia quienes piensan diferente.
Lewis muestra que la corrupción moral no siempre es escandalosa: a veces se infiltra con sutileza en actitudes cotidianas.
Wormwood: el aprendiz de divisiones
Wormwood sigue queriendo grandes efectos inmediatos, pero Screwtape le enseña que las pequeñas grietas son más efectivas a largo plazo:
- Una palabra de desprecio hacia alguien con ideas distintas.
- Un comentario crítico sobre la iglesia o la política.
- La sensación de superioridad moral sobre otros.
Cada acto pequeño crea separación y, poco a poco, el paciente se aleja de la empatía, la compasión y la humildad.
División y conflicto: herramientas del mal
Screwtape enfatiza que la enemistad y la división son armas poderosas:
- Mantienen al paciente distraído de su vida espiritual.
- Le impiden trabajar junto a otros por el bien común.
- Le hacen sentir que su fe o sus valores lo separan de los demás.
Lewis refleja una verdad muy actual: los conflictos sociales o religiosos muchas veces no nacen de la maldad absoluta, sino de la incapacidad de ponerse en el lugar del otro.
La ironía del fanatismo religioso
Screwtape señala que el mal no odia la religión en sí, sino la religión verdadera que une y purifica.
Por eso el demonio prefiere formas de devoción rígidas, orgullosas o excluyentes, que dividen a las personas y alimentan el ego.
Lewis advierte que la fe, si se convierte en orgullo o juicio, puede ser usada en contra de su propósito espiritual, y convertirse en un instrumento de separación y resentimiento.
Reflexión final: unidad y conciencia
El capítulo 7 invita a reflexionar sobre cómo las pequeñas divisiones en la vida cotidiana —opiniones políticas, diferencias religiosas o actitudes de superioridad— pueden afectar nuestra vida moral y espiritual.
C. S. Lewis nos recuerda que:
- La compasión y la empatía unen;
- El juicio y la intolerancia dividen;
- La verdadera fe no es dogmática ni arrogante, sino humilde y consciente de la unidad humana.
El mensaje es claro: el mal prospera cuando dejamos que las diferencias nos separen y nos distraigan de la verdadera virtud.