Tecnologías y nuevas formas de explotación sexual

Por: Jose Amparo

Las nuevas tecnologías y redes sociales han creado escenarios donde surgen nuevas formas de explotación sexual de mujeres y jóvenes. Conoce cómo la hiperconexión y el machismo digital alimentan estas dinámicas.

La digitalización y el cambio en las relaciones sociales

En las últimas décadas, Internet se ha convertido en el principal tejido de comunicación de la sociedad. Está integrado en la información, el entretenimiento, el trabajo, la política y las relaciones personales (Castells, 2009).
Las redes sociales, además, se consolidan como uno de los fenómenos más influyentes en la vida cotidiana, especialmente entre la población joven.

Las personas menores de 40 años representan el 63,8% de los 24 millones de usuarios de Instagram en España, mientras que TikTok cuenta con un 65,1% de usuarios menores de 35 años (The Social Media Family, 2021).
En 2022, el 93% de jóvenes entre 16 y 24 años y el 83% de quienes tienen entre 25 y 34 años usaban al menos una red social (Fernández, 2022).
Este panorama muestra cómo las plataformas digitales se han convertido en espacios centrales para la juventud.

Un mundo digital construido desde el patriarcado

El desarrollo del entorno digital ha sido históricamente liderado por hombres.
Desde los inicios de las redes telemáticas, el machismo ha estado presente en:

  • videojuegos,
  • foros,
  • economía de la pornografía,
  • distribución de contenidos sexuales.

Esto motivó el surgimiento del ciberfeminismo, una corriente que intentó equilibrar la presencia masculina dominante (Braidotti, 2004).

Las expertas señalan que:

«El mundo digital lo han hecho hombres. Este mundo no lo hemos hecho nosotras y el digital tampoco. Y eso no es irrelevante porque ya surge muy sexualizado desde su origen» — Ana de Miguel.

El diseño, uso y evolución de Internet ha estado marcado por una mirada masculina que ha priorizado el consumo y exhibición del sexo como mercancía.

Machismo amplificado en la red

Lejos de desaparecer, el machismo encuentra en Internet un espacio ideal para reproducirse y expandirse.
El anonimato, la rapidez y la falta de consecuencias inmediatas permiten que se refuercen comportamientos sexistas, misóginos y violentos.

Richards y Schnall (2003) explican que el ciberespacio magnifica las acciones individuales:

  • puede potenciar el activismo feminista,
  • pero también puede amplificar la misoginia y las violencias contra las mujeres.

En este contexto, las mujeres se enfrentan a nuevas dinámicas de control y explotación que no siempre son visibles ni reconocidas como tales.

Nuevas tecnologías y nuevas formas de explotación sexual

La hiperconexión posmoderna ha creado escenarios donde las nuevas formas de explotación sexual aparecen de forma más sutil, digitalizada y normalizada.
El uso masivo de redes sociales facilita:

  • el contacto directo,
  • la manipulación,
  • la captación,
  • el consumo sexualizado,
  • y la creación de mercados digitales basados en el cuerpo de las mujeres.

Estas dinámicas se integran en la lógica capitalista y patriarcal, donde las tecnologías funcionan como canales para mercantilizar la sexualidad femenina.

Fuente: Federación de mujeres jovenes

Observadores sexual contra las mujeres jovenes

Comparte a travez de: